24 de diciembre de 2007

Tradiciones Decembrinas II

Son muchos los aficionados a la ciencia de la astronomía, los que hacen incursiones en el estudio de la religión y publican artículos en diferentes foros en los que ponen en entredicho la fecha del nacimiento de Jesús, que según afirmaciones de los jerarcas de la iglesia cristiana y no explicitada en la Biblia, tuvo lugar la noche del 24 de diciembre del año 1 de nuestra era.

Aducen el argumento, fácilmente detectable acudiendo a diferentes fuentes históricas, que la fiesta de la Navidad se instituyó en el año 353 o 354 dne en Roma, tras el Concilio de Nicea y que la elección de tal fecha fue una estrategia de los jerarcas cristianos para conseguir mayor aceptación en aquellas regiones del imperio de la cuenca del Mediterráneo donde pretendían imponerla, así como para dar estabilidad, sistematizar y rellenar las amplias lagunas de la doctrina cristiana nacida unos siglos antes, dado que los paganos se mofaban de las continuas contiendas entre los herejes cristianos defensores de distintas doctrinas.

Y así los cristianos fijaron la celebración de la fiesta del nacimiento de Jesús en la misma fecha en la que se celebraba de forma muy arraigada y desde época inmemorial el nacimiento de un hijo Divino de diferentes Diosas Madres Vírgenes, protagonistas de otras religiones anteriores, y con la finalidad: "... posiblemente para absorber el festival del nacimiento de Mitra de la roca madre"..... en palabras de CAMPBELL (1992, 369): Las Máscaras de Dios: Mitología occidental. Alianza Editorial, S. A., Madrid. O como leemos en la Enciclopedia Sarpe de la Astronomía. El Universo, bajo la dirección de TEMPESTI, Madrid (1982, 1664): "La fecha del nacimiento, ... se fijó en el 25 de diciembre, considerado erróneamente como el día de solsticio de invierno."

Estos investigadores astrónomos basados en las incongurencias de la fecha del 24 de diciembre con otros hechos narrados en el Evangelio deducen que los jerarcas se equivocaron al imitar tal fecha y emprenden la tarea de descubrir cuál debió ser entonces la fecha real del nacimiento de Jesús, considerado como un hecho real. Para lo cual recurren a la historia y a la astronomía.

Y así para aclarar las discrepancias cronológicas y llegar a saber cuándo nació Jesús "realmente" se basan en hechos cronológicos de otros protagonistas que aparecen en los Evangelios: bien en la fecha de la muerte de Herodes o en la fecha en la que el emperador César Augusto dio un edicto para empadronarse o la fecha en la que Cirinio fue gobernador de Siria.

Y también buscan hechos astronómicos de relevancia acaecidos en esos años, que servirían para explicar la estrella de Belén, que según narra el Evangelio se detuvo encima de la cueva donde pretendidamente nació Jesús. Estrella de Belén a la que los astrónomos occidentales durante estos dos últimos milenios han tratado de identificar infructuosamente y que ellos consideran podría referirse: a meteoro o cometa o supernova o una conjunción de planetas, y nadie considera absurdo el razonamiento a pesar de que ningún cuerpo celeste tenga la facultad de detenerse.

Con todo, tras barajar diferentes posibilidades y descartar otras, los diferentes astrónomos concluyen que las diferentes fechas probables para el nacimiento de Jesús debió ocurrir, bien en octubre del año 2 antes de nuestra era, o entre marzo y abril del año 5 o en el año
7, según la aparición de diferentes cuerpos especiales de sistema solar.


SUPLANTACIÓN DE JESÚS DE OTRAS FIGURAS PAGANAS

Lo que une a todos estos investigadores astrónomos, condicionados por la sociedad occidental cristiana en la que están inmersos y Desconocedores del actual estado de la cuestión y los mitos de otras religiones, es que a pesar de ser científicos creen que lo contado por los evangelistas son hechos históricos y estiman que el nacimiento de
Jesús es real y corresponde a un hecho cronológico y que por tanto tuvo existencia histórica, a pesar de que no esté respaldado por ninguna otra evidencia histórica. (Aunque algunos se curan en salud y justifican el acercamiento "científico" a esta narración "sin pretender mitificar ni desmitificar nada ni a nadie" en palabras de Francisco Rodriguez en otro artículo de Astrored). No comprenden que si los jerarcas decidieron imitar la fecha del nacimiento de un ser Divino pagano es prueba convincente de que también imitaban el mito pagano y que por tanto no existió ningún nacimiento cristiano y que lo narrado en los Evangelios no tiene validez histórica.

A las puertas del siglo XXI es paradójico que aún se quiera dar validez a los mitos religiosos y las antiquísimas tradiciones del nacimiento de Dioses de las religiones agrícolas, que persisten a pesar de que el conocimiento científico las hayan invalidado. Como nos dice CAMPBELL en Los mitos. Editorial Kairós, Barcelona (1994, 306):
"...todos esos dioses brotaron en el pasado de la mente del hombre proyectada sobre animales y plantas, sobre montañas y torrentes, planetas en su órbitas, y en sus propias y peculiares costumbres sociales."

Afortunadamente, a pesar de que las creencias cristianas han monopolizado el poder durante veinte siglos y ha permitido a los dogmáticos defensores de esta religión descalificar a todos los mitos de las demás religiones, argumentando que en otras religiones las creencias míticas significan lo que no puede existir y son mentiras, mientras que las creencias cristianas son ciertas si están declaradas válidas en cualquiera de los dos Testamentos, ya han desaparecido los inquisidores que se atrevan a quemar en la hoguera a los que discrepen de su "verdad", a pesar de que que durante cientos de años, justificándose en que estaban en posesión de la verdad absoluta se distinguieron en perseguir a los herejes con empeño patológico.

Y por fin han florecido pensadores que no se sienten constreñidos para diverger de los "dogmas establecidos" y se atreven a poner en duda, no sólo la fecha adjudicada al nacimiento de Jesús, sino LA MISMA EXISTENCIA DE JESÚS COMO SER REAL, y no por ello van a ser castigados. Hoy se puede defender cualquier convicción, y hasta con fanatismo dedicarse a ello como misión grandiosa, sin necesariamente perder amistades o sufrir castigo (aunque sí sufrir un poco la condena al ostracismo).

De forma que discrepan públicamente de las creencias dogmáticas de los Evangelios y niegan que el nacimiento de Jesús sea un hecho cronológico. Y así ponen de manifiesto que, a pesar de la pretensión de la religión cristiana de ser la única religión verdadera y revelada, y que considera con existencia real a su protagonista Jesús nacido hace 2000 años, su figura es heredera de figuras similares protagonistas de otras religiones en las que se fundamenta.

Y afirman que los jerarcas de la religión cristiana, al igual que no tuvieron ningún reparo en apropiarse de la fecha del nacimiento de un ser Divino de una religión pagana para erradicarla y sustituirla (apropiación que desvela la imitación), tampoco tuvieron reparo en apropiarse de otras fiestas, ritos y mitos ajenos para reemplazarlos por fiestas, ritos y mitos elaborados y desfigurados en una filosofía cristiana y convertidos en dogmas (inventando falsificaciones de los hechos de la vida de Jesús).

La evidencia es fácilmente demostrable ya que cualquiera puede rastrear en los mitos de las religiones agrícolas Histéricas preexistentes de manera universal, que evidencian que los hechos atribuidos a Jesús conservan otros elementos de otros seres mortales, paredros de la Diosa, que nacen, mueren y resucitan de forma metafórica y que son suplantados por la figura cristiana.

Respecto a los ritos dice Rafael ALARCÓN (1999, 66): El misterio de las vírgenes negras. Año Cero, Nº 12-0300-113, diciembre, Madrid:
"La Iglesia no pudo acabar con estas creencias, porque el pueblo llano estaba convencido de que su valor mágico era mayor que el de los nuevos ritos cristianos. Por eso, en vez de luchar contra aquéllos, la Iglesia los sustituyó por otros similares, celebrados en fechas parecidas y dedicadas a vírgenes y santos que habían tomado los caracteres de los viejos dioses y diosas.

Y en cuanto a las falsificaciones de los hechos de la vida de Jesús, manifiesta GUICHOT (1989, 414 y 415): Ciencia de la mitología. Editorial Alta Fulla, Barcelona:
"Como en todo período de formación y todo medio de fe incipiente, juntamente con las apologías y las doctrinas sistemáticas, en los dos primeros siglos surgieron por todas partes, en Oriente y en Occidente, escritos que tenían por objeto referir vidas, historias, predicaciones, parabolismos, ejemplaridades, milagros, de Jesús y sus padres, de los apóstoles, los santos, los mártires, ó (sic) satisfacer preguntas y averiguaciones y curiosidades que tenían los creyentes."...
"Al dicho ciclo de apócrifos pertenecen los históricos que produjo en abundancia el fraude piadoso en los siglos medios y principio de los tiempos modernos...

Y evidencia la antigua identificación con los paredros mortales con la figura cristiana de Jesús, el hecho de que en Belén / Bethlehem a 8 kms. de Jerusalén, según leemos en la Enciclopedia Espasa Tomo 59 (1988, 258): "El mismo san Jerónimo... dice que hubo en Belén un bosque consagrado a Adonis, y que se hacían lamentaciones por su muerte en la gruta misma donde nació el Salvador." De donde se deduce que la cueva donde el cristianismo considera que nació Jesús, en realidad había un Santuario de culto a la Diosa de la antigua religión cananea (que tenía lugar en cuevas rodeadas de bosques), posiblemente Astarté o Anat o Asthoret o Asera o Ishtar Salambó, cuyos parearos eran Adoni, lo que muestra la típica estrategia de usurpación de los lugares del culto ancestral por parte de los defensores de la nueva religión.

Como afirma JANE MCINTOSH (1987, 1666): Guía práctica de Arqueología. Editorial Hermann Blume, Madrid:
"En ocasiones se han encontrado en Europa casos de veneración ininterrumpida a un determinado lugar, a pesar de los cambios de religión oficial. Las iglesias cristianas están construidas sobre las ruinas de santuarios paganos..."

Y también corrobora que se identificase los paredros mortales paganos con la figura cristiana de Jesús el hecho de que Montano de Frigia, sacerdote de la Diosa Cibeles, antes de ser sacerdote cristiano, en el siglo II: ".... creó una secta cristiana basada en la identificación de Jesús con Atis, el hijo de Cibeles. En el siglo IV condenaron por herejes a los montanistas." Según narra HUSAIN (1997, 36): La Diosa. Editorial Debate, S. A. Madrid.. Círculo de Lectores, S. A. Barcelona."

 

HISTORIA DE JESÚS COMO UN MITO AGRÍCOLA

Los mitos de las religiones agrícolas que estaban vigentes en muchas regiones del universo con mucha anterioridad antes del nacimiento de la era cristiana, siguen exactamente el mismo esquema: los protagonistas de la historia de la agricultura son una Virgen y un hijo-a / paredro que nace y muere para dar de comer a la humanidad.

Diosa Madre llamada en diferentes panteones: Afrodita, Aine, Alilat, Anat, Anahita, Asera, Artemisa, Astarté, Asthoret, Astronoe, Axieros, Baalat, Baaltis, Belona, Bendis, Ceres, Cibeles, Cotito, Cuerauápari, Damia, Dana, Demeter, Dictina, Eithinoha, Freia, Grania, Hannahanna, Hercina, Hi'íaka, Inanna, Ishtar, Isis, Ixmucana, Kerri, Krumina, Lusia, Ma, Mari, Milita, Prithivi, Retia, Rhiannon, Rozanizy, Salambó, Sena, Syra, Tailtiu, Tanit, Venus, Wekatama, (Virgen María),...

Y paredro llamado: Acavister, Atis, Adonis, Amanus, Aranrhod, Ariadna, Axiokersa, Auxesia, Bhavani / Kali, Basa Grande, Baal, Britomartis, Combabo, Cora, Diarmaid, Dumuzi, Dusura, Earles de Desmond, Eshmund, Europa, Ferefata, Galia, Gugalanna, Hipólito, Ixquic, Libera, Lohiau, Lugna, Lúufri, Melqart, Melcario, Milcrato, Misa, Nigola, Onatag, Orión, Osiris / Horus, Pelles, Perséfona, Proserpina, Pwyll, Rod, Robigo, Sabacio, Sandón, Shamin, Tammuz, Telepino, Virbius, Xaratanga, (Cristo / Jesús)...

De estos seres mortales dice HUSAIN (1997, 79): "En estos mitos agrícolas el hijo representa la semilla enterrada, hasta que reaparece con la forma de planta que comienza a brotar. Las plantas maduran hasta ser cosechadas y el ciclo entero vuelve a representarse."

Describe BERNABÉ (1987, 42)(Introducción): Textos literarios hetitas. Alianza Editorial, S. A., Madrid.:

"... un dios muerto desmembrado y resucitado (aspecto que se aviene con la «muerte» de la espiga, la siembra y el brote de la nueva espiga, en el caso de los dioses del grano),..."

Leemos en la Encicl. Espasa, Tomo 40 (1991, 860): "Frazer reconoce en el mito osiriano todas las características del culto de un espíritu de la vegetación. Osiris sería uno de estos dioses agrarios que cada año, en el tiempo de las cosechas, son desmembrados por las hoces y que enterrados en forma de semilla renacen durante la primavera á (sic) impulsos de una nueva vida. A pesar de la pompa con que en los tiempos posteriores los sacerdotes rodearon la adoración de Osiris, la concepción del dios como el grano de trigo aparece clara en la festividad de su muerte y resurrección celebrada primero en el mes de Khoiak y después en el mes de Athyr. Tal festividad estaba esencialmente dedicada a la siembra,..."

De manera que el origen de la religión cristiana, al igual que el de las mitologías paganas es la historia de la agricultura. Y por tanto el cristianismo es una religión agrícola, de ahí que Jesús sea el "fruto del vientre" de la Virgen y personifica el pan de cereal que según el mito dice al repartirlo a sus discípulos: "Tomad y comed, éste es mi cuerpo." (Mat, 26, 26) y también Jesús es el fruto de la vendimia / el vino contenido en un cáliz, del que dice (Mat, 26, 27): "Bebed de él todos, que esta es mi sangre..."

Si se tiene en cuenta la consideración que estas expresiones están contando la historia de la agricultura, se entenderá la metáfora de que Jesús / Cristo muere como semilla (que se entierra para germinar) y resucita como vegetación y flores en la primavera y nace de la Madre Árbol como fruto maduro para dar de comer a la humanidad: como espiga de cereal o como fruto de la vendimia = cuerpo y sangre.

Lo confirma el eminente mitólogo CAMPBELL en texto aportado por Moyers (1991, 159): En diálogo con Bill Moyers. El poder del mito. Emecé Editores, S. A., Barcelona: "La historia de Cristo implica la sublimación de lo que originalmente era una imagen vegetal muy sólida. Jesús está en la Rama Sagrada, el árbol, y él mismo es el fruto del árbol."

Y ratifica que el nacimiento de Jesús se refiera a su identificación con el fruto maduro el hecho de que los mitólogos cristianos denominaran a Jesús como Mesías, que muestran que interpretaron mal lo que no era más que una metáfora agrícola, tras apropiarse de mitos de religiones precedentes y que no entendían. Por lo que dieron el apelativo de Mesías confundiendo su significado e interpretándolo con la palabra messias del hebreo meschiaf = El Mesías e igual a Cristo en latín = Ungido, en vez de relacionarla con el concepto del que se apropiaron de otra religión y que no entendieron: la palabra messis = recolectar las frutas [de messis, siega, cosecha, recolección de productos de la tierra, BLÁNQUEZ (1985, 962): Diccionario: Latino-Español. Tomo 2. Editorial Ramón Sopena, S. A., Barcelona).

De forma que la pregunta de Herodes a los magos: "... dónde había de nacer el Mesías." (Mat, 2, 4), se debería interpretar en realidad: dónde había de nacer el fruto de la recolección, la uva de la vendimia, el cereal,... Y la afirmación de (Luc, 2, 11): "os ha nacido hoy un Salvador, que es el Mesías...." significaría: os ha nacido el fruto de la recolección, el cereal, la cosecha que salva a la humanidad para que no muera de hambre.

La metáfora agrícola de que el nacimiento de un bebé de una Madre (malinterpretado como la llegada del Mesías) se refiera a la recolección de frutos está en el origen de que recolectar las frutas se diga en diferentes lenguas con palabras derivados del nombre de la Diosa Madre de las Cosechas o el de su hija-o, símbolo de la nueva cosecha de frutos. Así la palabra messis = recolectar las fruta provenía del nombre de la Diosa Mesias / Mesías adorada en la región de La Mesia / Misia, Danubio (Servia y Bulgaria), en latín se dice

demetere = recolectar, que evidencia su origen en el nombre de la Diosa Demeter, Madre Virgen de las Cosechas, o carpere = recolectar fruta, derivado del nombre de la Diosa Carpo / karpo "Fructificación" (del griego karpós = fruto) de los Frutos, o cerealia = recolectar mieses / cereal, cuyo origen está en el de la Diosa Ceres Madre de los Cereales, o segestis / seges = segar / recolectar las seges / mieses deriva de la Diosa Segesta, o vendimiare = recoger frutos de viñas proviene del nombre de la Diosa Vendimiatrix "Vendimiadora", o fructescere = fructificar del nombre de la Diosa romana Fructesa /Frugeria / Fructeria,...

Por lo que la fiesta de la Navidad que pretende celebrar el nacimiento de un ser Divino de una Madre Virgen es una metáfora religiosa que relata la culminación de la historia de la agricultura, en el que el nacimiento de Jesús, se identifica con el nacimiento que se celebraba el 24 de diciembre de otros hijos-as de Madres Vírgenes de otras religiones antecesoras. Y bebés que se identifican con el fruto del vientre de la Madre Virgen, tras haber sido semilla que por fin se convertían en fruto como: Mitra adorado en Babilonia, Persia y Capadocia, Buda en La India, Horus en Egipto, Sida "Granada", Misa y Libera "Uva" en regiones griegas, etc, etc. Y se refieren a la fiesta de recolección de invierno.

 

HISTORIA DE JESÚS COMO UN MITO ASTRONÓMICO


El nacimiento de Jesús, según el evangelista Mateo (2, 2) fue anunciado a una serie de magos por una estrella, de la que leemos exactamente en nuestra Biblia traducida por Eloíno Nácar: "Hemos visto su estrella al oriente,..." y más adelante pone en Herodes la pregunta a los magos "tiempo de la aparición de la estrella".... "... estrella que habían visto en oriente les precedía, hasta que vino a pararse encima del lugar donde estaba el niño"(Mat, 2, 9-10).

El mitólogo usa varias expresiones para referirse a la estrella que aparecía en un tiempo determinado. En una parece referirse a que los magos la vieron cuando ellos estaban en un país de oriente y en otra parece ser que la vieron surgiendo por oriente / por el este (dualidad que indica la ambigüedad e inseguridad del que narra un mito que no entiende).

Respecto al movimiento de la estrella leemos en la citada enciclopedia de TEMPESTI: "Lo maravilloso de las palabras de San Mateo es la afirmación de que la estrella precedía a los sabios cuando, en Jerusalén, se dirigieron hacia el sur para ir a Belén. Esto significaría que la estrella se desplazó hacia el sur en vez de sufrir el usual desplazamiento hacia el oeste. Y además se paró sobre el establo donde se encontraba el niño. Ninguna de estas descripciones es conciliable con un fenómeno astronómico."

Lo que mostraría que no se puede tomar en sentido literal lo contado por los evangelistas respecto a la aparición de la estrella de Belén ya que ninguno de los cuerpos celestes con los que se podría identificar puede actuar de forma independiente. Por lo que no es posible explicar la estrella de Belén considerándola como la aparición de un cometa o supernova que aparece y se inmoviliza.

Pero existe una explicación que nos ha resultado especialmente interesante para nuestro trabajo. Nos referimos a la que dan los enciclopedistas de la citada Enciclopedia El Universo bajo la dirección de TEMPESTI (1982, 1590) y así afirman: "Las palabras «en

Oriente» pueden significar «en su levantamiento heliaco», es decir, «aparecida con los primeros rayos del alba.»"

Esta interpretación se acerca a la explicación que nosotros proponemos: la "estrella al oriente" se referiría a la aparición de una estrella por oriente / por el este, pero no compartimos la interpretación de que se refiera a su aparición matutina, sino consideramos que se referiría exactamente a su aparición crepuscular.

Y proponemos que la estrella de Belén se referiría a la aprición por el este de la ESTRELLA ESPIGA de la constelación de Virgo, cuyo orto crepuscular tenía lugar efectivamente en época arcaica el 24 de diciembre, hoy tal situación estelar tiene lugar el 10 de marzo. Presentamos en el Mapa 1 la situación estelar a la que nos referimos.

Nuestra deducción obvia se apoya sencillamente en el calendario astronómico arcaico que estaba retrasado dos meses y medio respecto al actual, según se deduce de diferentes fuentes. Así lo evidencia el hecho de que hace más de 2.000 años el levantamiento heliaco de la estrella Sirio de la constelación Can Mayor tuviese lugar el 21 de junio [lo podemos confirmar en la Enciclopedia Espasa, Tomo 43 (1988, 1067)]. Y podemos comprobar en el Planisferio de Ayala que tal hecho MATUTINO ocurría a las 8 de la mañana del 21 de junio arcaico y que corresponde a la situación estelar que tiene lugar actualmente a las 3 de la mañana del 5 de septiembre (75 días = 5 horas). Tal dato también serviría para fijar que tal situación estelar VESPERTINA tendría lugar a las 20,30 horas del actual 5 de diciembre y a la 1,30 del 21 de septiembre arcaico (75 días = 5 horas).

Teniendo fijadas las horas que marcan las situaciones estelares vespertinas se puede observar mirando el Planisferio que precisamente a las 20,30 del 10 de marzo actual, la situación estelar sería la misma que a la 1,30 del 24 de diciembre arcaico (75 días = 5 horas), cuando se producía el orto crepuscular de la estrella Espiga de la constelación Virgo.

De manera que dado que ese día se producía el orto de la estrella Espiga de Virgo, su aparición al oriente tras el Sol ponerse anunciaba la fiesta de la recolección. Y sabemos que en aquella época el 24 de diciembre se celebraba esta fiesta agrícola en diferentes regiones, cuando tenía lugar la recolección de espigas de cereales y la vendimia.

Siendo por tanto los nacimientos de bebés de Madres Vírgenes, metáforas religiosas de la situación estelar reflejada en el Mapa 1, cuando se producía por oriente al atardecer el orto de las estrellas Espiga y Vendimiadora de la constelación Virgo, y anunciadores de los frutos de la recolección = los hijos de la Diosa Virgen, que los daba a luz como metáfora de la nueva cosecha de mieses y uvas. Lo que evidenciaría que los nombres de las estrellas Espiga y Vendimiadora no tienen carácter arbitrario, ya que aluden semánticamente a la tarea que anunciaba en época arcaica su orto crepuscular. Y día en que en diferentes panteones se celebraba el nacimiento de un bebé o de mellizos de una Diosa Madre de forma virginal. O sea que la "estrella de oriente" anunciaba el Mesías (messis = recolectar las frutas).

Por lo que la estrella que los magos vieran fue malinterpretado por personas que renegaban del conocimiento astronómico y en el que eran expertas las sacerdortisas de los cultos de las religiones paganas que la iglesia cristiana se empeñó en desacreditar y eliminar. Y que el verdadero significado de la estrella que "se paró" sobre la gruta tiene un significado metáforico.

Su fundamento está en el hecho de que en época anterior al cristianismo normalmente se fundaban ciudades o se construían santuarios en aquellos lugares en donde parecía estar posado un cuerpo celeste en determinado momento, es decir en aquellos sitios en los que vistos desde lejos y recortándose contra el horizonte se producía el orto o el ocaso crepuscular de una constelación o estrella, que en la distancia parecía posarse un instante allí.

Por lo que posiblemente la cueva de Belén donde pretendidamente nació Jesús y con anterioridad nacería otro bebé Divino de la Diosa Astarté o Anat o Asthoret o Asera,... fue construida justo en el lugar en el que para personas saliendo de Jerusalén se dirigieran hacia el sur para ir a Belén, se veía recortándose contra el horizonte el orto crepuscular de la estrella Espiga de Virgo, el día del calendario del 24 de diciembre arcaico. Y que los evangelistas ignorantes de la astronomía adjudicaron por error a la estrella la capacidad de moverse y pararse de forma maravillosa en un solo lugar.

Por: Francisca Martin Cano

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