20 de mayo de 2008

Gracias a Dios por el Terremoto en China

La "Westboro Baptist Church" de Kansas ha publicado en la hoja parroquial a sus feligreses un texto que no tiene desperdicio, con joyas como "Dios odia a China" o "Gracias a Dios por el gran terremoto asesino que envió para matar a miles de infieles". No estamos hablando de ninguna Jihad ni de Islamismo radical, es una iglesia cristiana.

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19 de mayo de 2008

El Origen Egipcio del Pueblo Hebreo

origen-egipcio-del-pueblo-hebreo ¿Cómo es posible que Abraham y Moisés no dejaran rastro alguno en el antiguo Egipto, pese a ser éste el escenario de gran parte del Antiguo Testamento? Dos investigadores franceses creen haber desentrañado por fin este gran enigma de la Biblia: los hebreos del Éxodo no eran otros que los egipcios de Aket-Aton, la capital sobre la que reinaba Akenaton, el primer faraón monoteísta.

Después de 20 años de exhaustivos estudios, Roger y Messod Sabbah presentan sus extraordinarias conclusiones en Les secrets de l'Exode (Ed. Jean Cyrille Godefroy), un libro del que ayer publicaba un avance el diario Le Figaro y que cuestiona la teoría de que la Humanidad posee una memoria colectiva que ha funcionado sin interrupción hasta el siglo XXI.

Su punto de partida fue una relectura de la Biblia a partir de la exégesis de Rachi (1040-1105), autor de un comentario del Antiguo Testamento basándose en el Pentateuco hebreo y la Biblia aramea. Al examinar más tarde las pinturas murales que ornan las tumbas del Valle de los Reyes, los autores descubrieron tras los jeroglíficos diversos símbolos de la lengua hebraica.

Aunque no existe huella alguna, científica o arqueológica, de la salida de los hebreos de Egipto tal como se describe en la Biblia, Roger y Messod han hallado su correspondencia con la expulsión de los habitantes monoteístas de la ciudad de Aket-Aton.

Futuro faraón

Poco tiempo después de que desapareciera el faraón que adoraba a un sólo Dios, Akenaton, hacia 1344 a.C., su capital, ahora conocida como Tell el-Armana, fue desalojada por el futuro faraón Aï, que reinaría poco después de Tutankamon.

Los egipcios de Aket-Aton que fueron expulsados a Canáa, provincia situada a diez días de marcha desde el valle del Nilo, no se llamaban hebreos sino «yahuds» (adoradores de Faraón), que fundaron más tarde el reino de Yahuda (Judea). A partir de esta comparación, Messod y Roger Sabbah han descifrado el Génesis, que reproduce punto por punto la cosmogonía griega.

Abraham, Sarah, Isaac, Rebeca, Jacob, Israel ocultan nombres y títulos de la realeza egipcia. Con la Biblia en la mano, los autores de Les secrets de l'Exode identifican a Aaron como el faraón Hormhed. Moisés era en realidad el general egipcio Mose (Ramesu) que se convertirá después en Ramsés I y Josué, «servidor de Moisés», su primogénito.

Ambos comparten los mismos símbolos (la serpiente y el bastón, los cuernos y los rayos) y un mismo destino, el de servir de acompañantes a los disidentes a través del desierto. Akenaton no era otro que Abraham: la Biblia, al hablar de Abraham, respeta el orden cronológico de la vida del faraón monoteísta y refleja su biografía (su sacrificio, la ruptura con el politeísmo, la destrucción de los ídolos, la separación política y religiosa entre él y su padre, las intrigas entre sus esposas) en perfecta sintonía con la egiptología.

Así se explicaría que no se hayan descubierto en jeroglíficos egipcios testimonios de un pueblo que vivió 430 años en Egipto -210 como esclavos- bajo distintos faraones. También se aclararía cómo los expulsados pudieron instalarse en Canáa, administrada por Egipto a lo largo de toda su historia, sin que la autoridad faraónica reaccionara. Y sobre todo, cómo un pueblo tan impregnado por la sabiduría de Egipto pudo desaparecer tan misteriosamente, sin dejar rastro ni en las tumbas ni en los templos.

Que la Biblia podía ser estudiada como elemento de la egiptología y a la inversa lo adivinaba ya el padre de esta ciencia, Jean-François Champollion: «El conocimiento real del antiguo Egipto interesa igualmente a los estudios bíblicos y la crítica sacra obtendrá numerosas aclaraciones».

Sigmund Freud, fascinado por Moisés, tuvo un presentimiento aún más acertado. Aseguraba que de ser millonario, financiaría las excavaciones arqueológicas de Tell el-Armana, la antigua Aket-Aton. «Me gustaría aventurar esta conclusión: si Moisés fue egipcio, si transmitió su propia religión a los judíos, fue la de Akenaton, la religión de Aton».

17 de mayo de 2008

En Etiopia, enfermos ortodoxos recurren a "agua sagrada" para curar el SIDA

El 'agua sagrada' que corre en el punto más alto de Adis Abeba, junto a la Iglesia ortodoxa de Santa María, es el medio al que recurren preferentemente los enfermos de la zona, que sólo en última instancia acuden a los centros médicos.

En el monte de Entoto, más de mil afectados de sida viven con la esperanza de que sus enfermedades desaparezcan por el efecto milagroso del agua que sólo los sacerdotes autorizados pueden manipular.

Salalem Desalem, que es seropositivo y presidente de esta comunidad desde hace cuatro años, indicó a Efe que 'al principio, eran cerca de 3.000 los que formaban lo que luego se transformaría en asociación, pero el tiempo y la enfermedad' ha reducido el grupo a un tercio de lo que era.

Aún así, su fe predomina y están convencidos de que no necesitan ningún tratamiento médico para combatir el sida, tan sólo el agua sagrada que le dan en la iglesia.

'Cuando llegué a este sitio hace cuatro años apenas podía andar, me tenía que sujetar con un bastón', continuó Salalem, mientras caminaba vigorosamente hacia el lugar donde se encuentra este agua sagrada.

'Ahora -agregó- me encuentro lleno de salud y fuerza. No me hacen falta médicos. Permaneceré aquí hasta que sea la voluntad de Dios'.

Como Salalem son muchos los que acuden a la Iglesia de Santa María y renuncian a todo tipo de intervención facultativa, por miedo a que los efectos del agua sagrada desaparezcan.

Aunque el arzobispo Abuna Paulos, patriarca de la comunidad ortodoxa, mantiene que la medicina como el agua sagrada 'son ambos válidos, ya que ambos son caminos de Dios', muchos sacerdotes consideran una falta de fe recurrir a la medicina.

El personal del hospital Saint Peter, a varios kilómetros de la fuente de donde los sacerdotes extraen el agua sagrada, es conocedor de esta situación.

Por este motivo, cada pocos meses, van a la Iglesia de Santa María para informar a los muchos infectados de sida y de tuberculosis sobre sus posibilidades de tratarse en el centro.

El hospital cuenta con la ayuda del Global Fund creado en el 2002 con apoyo de la ONU y del Grupo de los Ocho países más desarrollados para luchar contra la malaria, la tuberculosis y el sida.

Gracias a su cooperación, los medicamentos normalmente inaccesibles para la mayoría de afectados, son distribuidos allí gratuitamente.

Amara Toruna, que es uno de los pacientes del hospital Saint Peter, hace seis años -con 31 años de edad- supo que tenía sida y, tras pasar varios años junto a la fuente de agua sagrada, comenzó a sentirse muy débil, y entonces decidió acudir al hospital, donde le diagnosticaron además tuberculosis.

'Estaba en una situación crítica cuando llegué', narró sonriendo, y 'empecé a tomar los medicamentos y al cabo de unos días ya me sentía mucho mejor. Sólo alguien -añadió- que ha pasado por esta enfermedad y ha sufrido sus consecuencias, sabe los beneficios de un tratamiento como éste'.

Contrariamente a lo que suele ocurrir en Occidente donde, cuando la medicina falla, se busca el milagro como último recurso, para muchos cristianos ortodoxos de Etiopía es cuando falla la fe cuando se busca el milagro de la medicina, y sólo se acude a ella como último remedio.

Terra Actualidad - EFE

15 de mayo de 2008

Einstein y la Religion, era Ateo, no Creía en Dios

albert-einstein-ateo-religion El 3 de enero de 1954, Albert Einstein escribió la carta de su puño y letra al filósofo Eric Gutkind, quien había enviado poco antes al padre de la teoría de la relatividad una copia de su libro La llamada bíblica a la rebelión. Einstein se expresó asi:

"La palabra Dios no es más que la expresión y el fruto de la debilidad humana, y la Biblia, una colección de honorables leyendas primitivas, las cuales, no obstante, son bastante pueriles".

Einstein, que era judío y rehusó el ofrecimiento de ser el segundo presidente de Israel, también rechazó la idea de que los judíos son un pueblo tocado por Dios.

"Para mí, la religión judía, como las demás, es una encarnación de las supersticiones más infantiles. Y el pueblo judío, al que estoy contento de pertenecer y con el que tengo una profunda afinidad, no es diferente del resto", escribió a Gutkind.

La carta se pondrá a la venta en una casa de subastas londinense después de 50 años en manos privadas y se espera que alcance un precio de más de 9.700 euros.

El documento no se encuentra incluido en la obra Einstein y la religión, libro de referencia en este asunto de la autoridad en la materia Max Jammer.

vía delTomate

11 de mayo de 2008

Stephen Hawkins ¿Juega Dios a los Dados?

Artículo original en inglés
Traductores : José Luis Acuña / Ariadna Martínez

Esta conferencia versa sobre si podemos predecir el futuro o bien éste es arbitrario y aleatorio. En la antigüedad, el mundo debía de haber parecido bastante arbitrario. Desastres como las inundaciones o las enfermedades debían de haber parecido producirse sin aviso o razón aparente. La gente primitiva atribuía esos fenómenos naturales a un panteón de dioses y diosas que se comportaban de una forma caprichosa e impulsiva. No había forma de predecir lo que harían, y la única esperanza era ganarse su favor mediante regalos o conductas. Mucha gente todavía suscribe parcialmente esta creencia, y tratan de firmar un pacto con la fortuna. Se ofrecen para hacer ciertas cosas a cambio de un sobresaliente en una asignatura, o de aprobar el examen de conducir.

Sin embargo, la gente se debió de dar cuenta gradualmente de ciertas regularidades en el comportamiento de la naturaleza. Estas regularidades eran más obvias en el movimiento de los cuerpos celestes a través del firmamento. Por eso la Astronomía fue la primera ciencia en desarrollarse. Fue puesta sobre una firme base matemática por Newton hace más de 300 años, y todavía usamos su teoría de la gravedad para predecir el movimiento de casi todos los cuerpos celestes. Siguiendo el ejemplo de la Astronomía, se encontró que otros fenómenos naturales también obedecían leyes científicas definidas. Esto llevó a la idea del determinismo científico, que parece haber sido expresada públicamente por primera vez por el científico francés Laplace. Me pareció que me gustaría citar literalmente las palabras de Laplace. y le pedí a un amigo que me las buscara. Por supuesto que están en francés, aunque no esperaba que la audiencia tuviera ningún problema con esto. El problema es que Laplace, como Prewst [N. del T.: Hawking probablemente se refiere a Proust], escribía frases de una longitud y complejidad exageradas. Por eso he decidido parafrasear la cita. En efecto, lo que él dijo era que, si en un instante determinado conociéramos las posiciones y velocidades de todas las partículas en el Universo, podríamos calcular su comportamiento en cualquier otro momento del pasado o del futuro. Hay una historia probablemente apócrifa según la cual Napoleón le preguntó a Laplace sobre el lugar de Dios en este sistema, a lo que él replicó "Caballero, yo no he necesitado esa hipótesis". No creo que Laplace estuviera reclamando que Dios no existe. Es simplemente que El no interviene para romper las leyes de la Ciencia. Esa debe ser la postura de todo científico. Una ley científica no lo es si solo se cumple cuando algún ser sobrenatural lo permite y no interviene.

La idea de que el estado del universo en un instante dado determina el estado en cualquier otro momento ha sido uno de los dogmas centrales de la ciencia desde los tiempos de Laplace. Eso implica que podemos predecir el futuro, al menos en principio. Sin embargo, en la práctica nuestra capacidad para predecir el futuro está severamente limitada por la complejidad de las ecuaciones, y por el hecho de que a menudo exhiben una propiedad denominada caos. Como sabrán bien todos los que han visto Parque Jurásico, esto significa que una pequeña perturbación en un lugar puede producir un gran cambio en otro. Una mariposa que bate sus alas puede hacer que llueva en Central Park, Nueva York. El problema es que eso no se puede repetir. La siguiente vez que una mariposa bata sus alas, una multitud de otras cosas serán diferentes, lo que también tendrá influencia sobre la meteorología. Por eso las predicciones meteorológicas son tan poco fiables.

A pesar de estas dificultades prácticas, el determinismo científico permaneció como dogma durante el siglo 19. Sin embargo, en el siglo 20 ha habido dos desarrollos que muestran que la visión de Laplace sobre una predicción completa del futuro no puede ser llevada a cabo. El primero de esos desarrollos es lo que se denomina mecánica cuántica. Fue propuesta por primera vez en 1900, por el físico alemán Max Planck, como hipótesis ad hoc para resolver una paradoja destacada. De acuerdo con las ideas clásicas del siglo 19, que se remontan a los tiempos de Laplace, un cuerpo caliente, como una pieza de metal al rojo, debería emitir radiación. Perdería energía en forma de ondas de radio, infrarrojos, luz visible, ultravioleta, rayos x, y rayos gamma, todos a la misma tasa. Esto no sólo significaría que todos moriríamos de cáncer de piel, sino que además todo en el universo estaría a la misma temperatura, lo que claramente no es así. Sin embargo, Planck mostró que se puede evitar este desastre si se abandonara la idea de que la cantidad de radiación puede tener cualquier valor, y se dijera en su lugar que la radiación llega únicamente en paquetes o cuantos de un cierto tamaño. Es un poco como decir que en el supermercado no se puede comprar azúcar a granel, sino sólo en bolsas de un kilo. La energía en los paquetes o cuantos es mayor para los rayos x y ultravioleta, que para la luz infrarroja o visible. Esto significa que a menos que un cuerpo esté muy caliente, como el Sol, no tendrá suficiente energía para producir ni siquiera un único cuanto de rayos x o ultravioleta. Por eso no nos quemamos por insolación con una taza de café.

Para Planck los cuantos no eran más que un truco matemático que no tenía una realidad física, lo que quiera que eso signifique. Sin embargo, los físicos empezaron a encontrar otro comportamiento, que sólo podía ser explicado en términos de cantidades con valores discretos o cuantizados, más que variables continuas. Por ejemplo, se encontró que las partículas elementales se comportaban más bien como pequeñas peonzas girando sobre un eje. Pero la cantidad de giro no podía tener cualquier valor. Tenía que ser algún múltiplo de una unidad básica. Debido a que esa unidad es muy pequeña, uno no se da cuenta de que una peonza normal decelera mediante una rápida secuencia de pequeños pasos, más que mediante un proceso continuo. Pero para peonzas tan pequeñas como los átomos, la naturaleza discreta del giro es muy importante.

Pasó algún tiempo antes de que la gente se diera cuenta de las implicaciones que tenía este comportamiento cuántico para el determinismo. No sería hasta 1926, cuando Werner Heisenberg, otro físico alemán, indicó que no podrías medir exactamente la posición y la velocidad de una partícula a la vez. Para ver dónde está una partícula hay que iluminarla. Pero de acuerdo con el trabajo de Planck, uno no puede usar una cantidad de luz arbitrariamente pequeña. Uno tiene que usar al menos un cuanto. Esto perturbará la partícula, y cambiará su velocidad de una forma que no puede ser predicha. Para medir la posición de la partícula con exactitud, deberás usar luz de una longitud de onda muy corta, como la ultravioleta, rayos x o rayos gamma. Pero nuevamente, por el trabajo de Planck, los cuantos de esas formas de luz tienen energías más altas que las de la luz visible. Por eso perturbarán aún más la velocidad de la partícula. Es un callejón sin salida: cuanto más exactamente quieres medir la posición de la partícula, con menos exactitud puedes conocer la velocidad, y viceversa. Esto queda resumido en el Principio de Incertidumbre formulado por Heisenberg; la incertidumbre en la posición de una partícula, multiplicada por la incertidumbre en su velocidad, es siempre mayor que una cantidad llamada la constante de Planck, dividida por la masa de la partícula.

La visión de Laplace del determinismo científico implicaba conocer las posiciones y velocidades de las partículas en el universo en un instante dado del tiempo. Por lo tanto, fue seriamente socavado por el Principio de Incertidumbre de Heisenberg. ¿Cómo puede uno predecir el futuro, cuando uno no puede medir exactamente las posiciones ni las velocidades de las partículas en el instante actual? No importa lo potente que sea el ordenador de que dispongas, si lo alimentas con datos deplorables, obtendrás predicciones deplorables.

Einstein estaba muy descontento por esta aparente aleatoriedad en la naturaleza. Su opinión se resumía en su famosa frase 'Dios no juega a los dados'. Parecía que había presentido que la incertidumbre era sólo provisional, y que existía una realidad subyacente en la que las partículas tendrían posiciones y velocidades bien definidas y se comportarían de acuerdo con leyes deterministas, en consonancia con Laplace. Esta realidad podría ser conocida por Dios, pero la naturaleza cuántica de la luz nos impediría verla, excepto tenuemente a través de un cristal.

La visión de Einstein era lo que ahora se llamaría una teoría de variable oculta. Las teorías de variable oculta podrían parecer ser la forma más obvia de incorporar el Principio de Incertidumbre en la física. Forman la base de la imagen mental del universo, sostenida por muchos científicos, y prácticamente por todos los filósofos de la ciencia. Pero esas teorías de variable oculta están equivocadas. El físico británico John Bell, que murió recientemente, ideó una comprobación experimental que distinguiría teorías de variable oculta. Cuando el experimento se llevaba a cabo cuidadosamente, los resultados eran inconsistentes con las variables ocultas. Por lo tanto parece que incluso Dios está limitado por el Principio de Incertidumbre y no puede conocer la posición y la velocidad de una partícula al mismo tiempo. O sea que Dios juega a los dados con el universo. Toda la evidencia lo señala como un jugador empedernido, que tira los dados siempre que tiene ocasión.

Otros científicos estaban mucho más dispuestos que Einstein a modificar la visión clásica del determinismo del siglo 19. Una nueva teoría, denominada la mecánica cuántica, fue propuesta por Heisenberg, el austríaco Erwin Schroedinger, y el físico británico Paul Dirac. Dirac fue mi penúltimo predecesor en la cátedra Lucasiana de Cambridge. Aunque la mecánica cuántica ha estado entre nosotros durante cerca de 70 años, todavía no es generalmente entendida o apreciada, incluso por aquellos que la usan para hacer cálculos. Sin embargo, debería preocuparnos a todos, puesto que es una imagen completamente diferente del universo físico y de la misma realidad. En la mecánica cuántica, las partículas no tienen posiciones ni velocidades bien definidas. En su lugar, son representadas por lo que se llama una función de onda. Esta es un número en cada punto del espacio. El tamaño de la función de onda indica la probabilidad de que la partícula sea encontrada en esa posición. La tasa con la que la función de onda cambia de punto a punto, proporciona la velocidad de la partícula. Uno puede tener una función de onda con un gran pico en una región muy pequeña. Esto significará que la incertidumbre en la posición es muy pequeña. Pero la función de onda variará muy rápidamente cerca del pico, hacia arriba en un lado, hacia abajo en el otro. Por lo tanto la incertidumbre en la velocidad será grande. De la misma manera, uno puede tener funciones de onda en las que la incertidumbre en la velocidad es pequeña, pero la incertidumbre en la posición es grande.

La función de onda contiene todo lo que uno puede saber de la partícula, tanto su posición como su velocidad. Si sabes la función de onda en un momento dado, entonces sus valores en otros momentos son determinados por lo que se llama la ecuación de Schroedinger. Por lo tanto uno tiene aún un cierto determinismo, pero no del tipo que Laplace imaginaba. En lugar de ser capaces de predecir las posiciones y las velocidades de las partículas, todo lo que podemos predecir es la función de onda. Esto significa que podemos predecir sólo la mitad de lo que podríamos de acuerdo con la visión clásica del siglo 19.

Aunque la mecánica cuántica lleva a la incertidumbre cuando tratamos de predecir la posición y la velocidad a un mismo tiempo, todavía nos permite predecir con certidumbre una combinación de posición y velocidad. Sin embargo, incluso este grado de certidumbre parece estar amenazado por desarrollos más recientes. El problema surge porque la gravedad puede torcer el espacio-tiempo tanto que puede haber regiones que no observamos.

Curiosamente, el mismo Laplace escribió un artículo en 1799 sobre cómo algunas estrellas pueden tener un campo gravitatorio tan fuerte que la luz no podría escapar, siendo por tanto arrastrada de vuelta a la estrella. Incluso calculó que una estrella de la misma densidad que el Sol, pero doscientas cincuenta veces más pequeña, tendría esta propiedad. Pero aunque Laplace podría no haberse dado cuenta, la misma idea había sido propuesta 16 años antes por un hombre de Cambridge, John Mitchell, en un artículo en Phylosophical Transactions of the Royal Society. Tanto Mitchel como Laplace concebían a la luz como formada por partículas, más bien como bolas de cañón, que podían ser deceleradas por la gravedad, y hechas caer de vuelta a la estrella. Pero un famoso experimento llevado a cabo por dos americanos, Michelson y Morley, en 1887, mostraron que la luz siempre viajaba a una velocidad de ciento ochenta y seis mil millas por segundo, no importa de dónde viniera. Cómo podía entonces la gravedad decelerarla, y hacerla caer de nuevo.

De acuerdo con las ideas sobre el espacio y el tiempo vigentes en aquel momento esto era imposible. Sin embargo, en 1915 Einstein presentó al mundo su revolucionaria Teoría General de la Relatividad en la cual espacio y tiempo dejaban de ser entidades separadas e independientes. Por el contrario, eran meramente diferentes direcciones de una única noción llamada espacio-tiempo. Esta noción espacio-tiempo no era uniforme sino deformada y curvada debido a su energía inherente. Para que se entienda mejor, imagínese que colocamos un peso (que hará las veces de estrella) sobre una lámina de goma. El peso (estrella) formará una depresión en la goma curvándose la zona alrededor del mismo en contraposición a la planicie anterior. Si hacemos rodar canicas sobre la lámina de goma, sus rastros serán espirales más que líneas rectas. En 1919, una expedición británica en el Oeste de África observaba la luz de estrellas lejanas que cruzaba cerca del sol durante un eclipse. Descubrieron que las imágenes de las estrellas variaban ligeramente de sus posiciones habituales; esto revelaba que las trayectorias de la luz de las estrellas habían sido curvadas por el influjo del espacio-tiempo que rodea al sol. La Relatividad General había sido confirmada.

Imagínese ahora que colocamos pesos sobre la lámina de goma cada vez más cuantiosos y de manera más intensiva. Hundirán la plancha cada vez más. Con el tiempo, alcanzado el peso y la masa crítica se hará un agujero en la lámina por el que podrán caer las partículas pero del que no podrá salir nada.

Según la Teoría General de la Relatividad lo que sucede con el espacio-tiempo es bastante similar. Cuanto más ingente y más densa sea una estrella, tanto más se curvará y distorsionará el espacio-tiempo alrededor de la misma. Si una estrella inmensa que ha consumido ya su energía nuclear se enfría encogiéndose por debajo de su masa crítica, formará literalmente un agujero sin fondo en el espacio-tiempo por el que no puede pasar la luz. El físico americano John Wheeler llamó a estos objetos “agujeros negros” siendo el primero en destacar su importancia y los enigmas que encierran. El término se hizo popular rápidamente. Para los americanos sugería algo oscuro y misterioso mientras que para los británicos existía además la amplia difusión del Agujero Negro de Calcuta. Sin embargo los franceses, muy franceses ellos, percibieron algo indecente en el vocablo. Durante años se resistieron a utilizar el término, demasiado negro, arguyendo que era obsceno; pero era parecido a intentar luchar contra préstamos lingüísticos como “le weekend” y otras mezcolanzas del “franglés”. Al final tuvieron que claudicar. ¿Quién puede resistirse a una expresión así de conquistadora?

Ahora tenemos evidencias de la existencia de agujeros negros en diferentes tipos de entidades, desde sistemas de estrellas binarios al centro de las galaxias. Por lo tanto, la existencia de agujeros negros está ampliamente aceptada hoy en día. Con todo y al margen de su potencial para la ciencia ficción, ¿cuál sería su relevancia para el determinismo? La respuesta reside en una pegatina de parachoques que tenía en la puerta de mi despacho: “los agujeros negros son invisibles”. No sólo ocurre que las partículas y los astronautas desafortunados que caen en un agujero negro no vuelven nunca, sino que la información que estos portan se pierde para siempre, al menos en nuestra demarcación del universo. Puede lanzar al agujero negro aparatos de televisión, sortijas de diamantes e incluso a sus peores enemigos y todo lo que recordará el agujero negro será su masa total y su estado de rotación. John Wheeler llamó a esto “un agujero negro no tiene pelo”. Esto confirma las sospechas de los franceses.

Mientras hubo el convencimiento de que los agujeros negros existirían siempre, esta pérdida de información pareció no importar demasiado. Se podía pensar que la información seguía existiendo dentro de los agujeros negros. Simplemente es que no podemos saber lo que hay desde fuera de ellos pero la situación cambió cuando descubrí que los agujeros negros no son del todo negros. La Mecánica Cuántica hace que estos emitan partículas y radiaciones a un ritmo constante. Estos hallazgos me asombraron no sólo a mí si no al resto del mundo pero con la perspectiva del tiempo esto habría resultado obvio. Lo que se entiende comúnmente como “el vacío” no está realmente vacío ya que está formado por pares de partículas y antipartículas. Estas permanecen juntas en cierto momento del espacio-tiempo, en otro se separan para después volver a unirse y finalmente aniquilarse la una a las otra. Estas partículas y antipartículas existen porque un campo, tal como los campos que transportan la luz y la gravedad no puede valer exactamente cero. Esto denotaría que el valor del campo tendría tanto una posición exacta (en cero) como una velocidad o ritmo de cambio exacto (también cero). Esto violaría el Principio de Incertidumbre porque una partícula no puede tener al tiempo una posición y una velocidad constantes. Por lo tanto, todos los campos deben tener lo que se denomina fluctuaciones del vacío. Debido al comportamiento cuántico de la naturaleza se puede interpretar estas fluctuaciones del vacío como partículas y antipartículas como he descrito anteriormente.

Estos pares de partículas se dan en conjunción con todas las variedades de partículas elementarias. Se denominan partículas virtuales porque se producen incluso en el vacío y no pueden ser mostradas directamente por los detectores de partículas. Sin embargo, los efectos indirectos de las partículas virtuales o fluctuaciones del vacío han sido estudiados en diferentes experimentos, siendo confirmada su existencia.

Si hay un agujero negro cerca, uno de los componentes de un par de partículas y antipartículas podría deslizarse en dicho agujero dejando al otro componente sin compañero. La partícula abandonada puede caerse también en el agujero o bien desplazarse a larga distancia del mismo donde se convertirá en una verdadera partícula que podrá ser apreciada por un detector de partículas. A alguien muy alejado del agujero negro le parecerá que la partícula ha sido emitida por el mismo agujero.

Esta explicación de cómo los agujeros negros no son tan negros clarifica que la emisión dependerá de la magnitud del agujero negro y del ritmo al que esté rotando. Sin embargo, como un agujero negro no tiene pelo, citando a Wheeler, la radiación será por otra parte independiente de lo que se deslizó por el agujero. No importa lo que arroje a un agujero negro: aparatos de televisión, sortijas de diamantes o a sus peores enemigos. Lo que de allí sale es siempre lo mismo.

Pero ¿qué tiene esto que ver con el determinismo que es sobre lo que se supone que versa esta conferencia? Lo que esto demuestra es que hay muchos estados iniciales (incluyendo aparatos de televisión, sortijas de diamantes e incluso gente) que evolucionan hacia el mismo estado final, al menos fuera del agujero negro. Sin embargo, en la visión de Laplace sobre el determinismo había una correspondencia exacta entre los estados iniciales y los finales. Si usted supiera el estado del universo en algún momento del pasado podría predecirlo en el futuro. De manera similar, si lo supiera en el futuro, podría deducir lo que habría sido en el pasado. Con el advenimiento de la Teoría del Cuanto en los años 20 del siglo pasado se redujo a la mitad lo que uno podía predecir pero aún dejó una correspondencia directa entre los estados del universo en diferentes momentos. Si uno supiera la función de onda en un momento dado, podría calcularla en cualquier otro.

Sin embargo, la situación es bastante diferente con los agujeros negros. Uno se encontrará con el mismo estado fuera del agujero, independientemente de lo que haya lanzado dentro, a condición de que tenga la misma masa. Por lo tanto, no hay una correspondencia exacta entre el estado inicial y el estado final ya fuera del agujero negro. Habrá una correspondencia exacta entre el estado inicial y el final ambos fuera o ambos dentro del agujero negro. Sin embargo, lo importante es que la emisión de partículas y la radiación alrededor del agujero provocan una reducción en la masa del mismo y se empequeñece. Finalmente, parece que el agujero negro llega a la masa cero y desaparece del todo. Pero, ¿qué ocurre con todos los objetos que fueron lanzados al agujero y con toda la gente que o bien saltó o fue empujada? No pueden volver a salir porque no existe la suficiente masa o energía sobrante en el agujero negro para enviarlos fuera de nuevo. Puede que pasen a otro universo pero eso nos da lo mismo a los que somos lo suficientemente prudentes como para no saltar dentro de un agujero negro. Incluso la información de lo que cayó dentro del agujero no podría salir de nuevo cuando el agujero desaparezca por último. La información no se distribuye gratuitamente como bien sabrán aquellos de ustedes que paguen facturas telefónicas. La información necesita energía para transportarse, y no habrá suficiente energía de sobra cuando el agujero negro desaparezca.

Lo que todo esto significa es que la información se perderá de nuestra demarcación del universo cuando se formen los agujeros negros para después desvanecerse. Esta pérdida de información implica que podemos predecir incluso menos de lo pensamos, partiendo de la base de la teoría cuántica. En esta teoría puede no ser factible predecir con certidumbre la posición y la velocidad de una partícula al mismo tiempo. Hay sin embargo una combinación de posición y velocidad que sí puede ser predicha. En el caso de un agujero negro, esta predicción específica concierne a los dos miembros de un par de partículas-antipartículas pero únicamente podemos detectar la partícula expulsada. No hay modo alguno, incluso en un principio, de poner de manifiesto la partícula que se precipita al agujero. Por lo tanto, por lo que sabemos, podría estar en cualquier estado. Esto significa que no podemos hacer ninguna predicción concreta acerca de la partícula que expulsa el agujero. Podemos calcular la probabilidad de que la partícula tenga esta o aquella posición o velocidad pero no podemos predecir con precisión una combinación de la posición y velocidad de sólo una partícula porque su velocidad y posición van a depender de la otra partícula, la cual no está bajo nuestra observación. Así que Einstein estaba sin lugar a dudas equivocado cuando dijo, “Dios no juega a los dados”. No sólo Dios juega definitivamente a los dados sino que además a veces los lanza a donde no podemos verlos.

Muchos científicos son como Einstein en el sentido de que tienen un lazo emocional muy fuerte con el determinismo pero al contrario que Einstein han aceptado la reducción en nuestra capacidad para predecir que nos había traído consigo la teoría cuántica. Pero ya era mucho. A estos no les gustó la consiguiente reducción que los agujeros negros parecían implicar. Pensar que el universo es determinista, como creía Laplace, es simplemente inocente. Presiento que estos científicos no se han aprendido la lección de la historia. El universo no se comporta de acuerdo a nuestras preconcebidas ideas. Continúa sorprendiéndonos.

Podría pensarse que no importa demasiado si el determinismo hizo aguas cerca de los agujeros negros. Estamos casi seguros de estar al menos a unos pocos años luz de agujero negro de cualquier tamaño pero según el Principio de Incertidumbre, cada región del espacio debería estar llena de diminutos agujeros negros virtuales que aparecerían y desaparecerían una y otra vez. Uno pensaría que las partículas y la información podrían precipitarse en estos agujeros negros y perderse. Sin embargo, como estos agujeros negros virtuales son tan pequeños (cien billones de billones más pequeños que el núcleo de un átomo) el ritmo al cual se perdería la información sería muy bajo. Esto es por lo que las leyes de la ciencia parecen deterministas, observándolas con detenimiento. Sin embargo, en condiciones extremas, tales como las del universo temprano o las de la colisión de partículas de alta energía, podría haber una significativa pérdida de información. Esto conduce a la imprevisibilidad en la evolución del universo.

En resumen, de lo que he estado hablando es de si el universo evoluciona de manera arbitraria o de si es determinista. La visión clásica propuesta por Laplace estaba fundada en la idea de que el movimiento futuro de las partículas estaba determinado por completo, si su sabían sus posiciones y velocidades en un momento dado. Esta hipótesis tuvo que ser modificada cuando Heisenberg presentó su Principio de Incertidumbre el cual postulaba que no se podía saber al mismo tiempo y con precisión la posición y la velocidad. Sin embargo, sí que era posible predecir una combinación de posición y velocidad pero incluso esta limitada certidumbre desapareció cuando se tuvieron en cuenta los efectos de los agujeros negros: la pérdida de partículas e información dentro de los agujeros negros dio a entender que las partículas que salían eran fortuitas.

Se pueden calcular las probabilidades pero no hacer ninguna predicción en firme. Así, el futuro del universo no está del todo determinado por las leyes de la ciencia, ni su presente, en contra de lo que creía Laplace. Dios todavía se guarda algunos ases en su manga.

Es todo lo que tengo que decir por el momento. Gracias por escucharme.

Astroseti

El Cambio Consciente de Hábitos, lleva a la Innovación

Crear-habitos-conscientemente-ejecicio-cerebroLa innovación reside en lo que se denomina zona de “expansión”, un lugar en el que no nos sentimos cómodos con nuestros hábitos, lo que nos lleva a buscar otros nuevos.

Plantean así que los ejecutivos se rodeen de gente que piense de un modo diferente para no perder la diversidad intelectual y la capacidad de cambio e innovación. Recomiendan practicar la técnica japonesa llamada “kaizen” -mejora continua- en la que se basa el sistema de producción de Toyota.

Expertos en management consultados por el New York Times coinciden en que el cambio de hábitos, por pequeños que éstos sean, es un motor para innovar, dentro y fuera de la empresa.

Los hábitos están relacionados con lo mecánico, que programan en nuestro cerebro el piloto automático, la inconsciencia, la comodidad y la rutina. En el mundo que vivimos la palabra “hábito” tiene connotaciones negativas.

Estudios sobre nuestro cerebro han demostrado que, cuando desarrollamos de manera consciente nuevos hábitos ejercitándolo, se crean nuevas rutas sinápticas -conexiones entre neuronas- e incluso nuevas células cerebrales, lo que puede producir un “salto” en nuestros pensamientos.

Los hábitos son una limitación.

Por el contrario, el hecho de probar cosas nuevas (dirigir nuestro propio cambio desarrollando de manera consciente nuevos hábitos) nos hace salir de lo que llaman “la zona de confort” e impulsa la creatividad, tanto en el trabajo como fuera de él.

Una vez que una conducta se graba en nuestro hipocampo, se queda allí para siempre, sin embargo, los nuevos hábitos que somos capaces de arraigar en nosotros mismos crean rutas paralelas y puentes con las conductas “viejas”.

“La primera cosa que necesitamos para innovar es la fascinación por el asombro”, comenta Dawna Markova, autora del libro “The open mind” (La mente abierta) y consultora para la firma Profesional Thinking Partners. “Sin embargo, nos han enseñado a “decidir”, del mismo modo que nuestro presidente se denomina a sí mismo “El Que Decide”. Ahora bien, decidir es aniquilar todas las posibilidades salvo una. Un buen innovador explora el resto de las posibilidades”, comenta.

Resolver problemas

Solemos resolver problemas de un modo inconsciente. A finales de la década de los años 60, se descubrió que los humanos nacemos con la capacidad de afrontar retos de cuatro maneras diferentes: analíticamente, procediendo, relacionando e innovando. Como recuerda Markova, en la pubertad, nuestro cerebro se cierra de alguna manera y la mitad de estas capacidades se pierden, preservando sólo los modos de pensamiento que han sido más valiosos para nosotros en los diez primeros años de nuestra vida.

En este sentido, el énfasis que se le da actualmente a la estandarización y al acto de proceder significa que pocos de nosotros usamos nuestra capacidad innata para innovar y relacionar. “Esto rompe una de las reglas más importantes del sistema de creencias norteamericano, basado en que cualquiera puede hacer lo que se proponga” comenta M J. Ryan, autor del famoso libro “This year I will… (Este año voy a…) “Es una mentira que se ha perpetuado y que propicia la mediocridad. Conocer en lo que somos buenos y potenciarlo nos lleva a la excelencia”, afirma.

Las personas analíticas que quieren aprender algo o desarrollar un nuevo hábito se leen un libro o hacen un curso, mientras que las personas innovadoras buscan nuevas vías, de tal modo que están en disposición de crear nuevas vías en su cerebro.

Ryan y Markova han descubierto que nuestra existencia se mueve en tres zonas: comodidad, expansión y tensión. La comodidad es el reino de nuestros hábitos. La tensión ocurre cuando nuestras metas están muy lejos de nuestra experiencia actual. Finalmente, la expansión es como una zona media donde residen las actividades o hábitos con los que no nos sentimos cómodos. Es en esta última zona donde ocurren los cambios.

“Acceder a esa zona es bueno porque mantiene nuestro cerebro sano”, comenta Ryan. Si no seguimos aprendiendo, si no afrontamos nuevos retos con los que nuestro cerebro cree otras rutas, caemos, literalmente, en la atrofia.

Mejoras pequeñas

Markova recomienda practicar la técnica japonesa llamada kaizen (“mejora continua”). Kaizen es lo opuesto a la complacencia. Kaizen es un sistema enfocado a la mejora continua de toda la empresa y sus componentes, de manera armónica y proactiva. El kaizen surgió en el Japón como resultado de su imperiosa necesidad de superarse para poder alcanzar a las potencias industriales de occidente. En la actualidad, el famoso sistema de producción de Toyota se basa en el kaizen.

“Cuando iniciamos cualquier cambio (innovación), aunque sea positivo, el miedo se activa en nuestro cerebro emocional”, dice Ryan en su libro. “Si el miedo es lo suficientemente fuerte, huiremos y desistiremos de hacer lo que estábamos intentando. Los pequeños pasos que se dan en el kaizen no nos permiten huir, sino que nos mantienen en nuestro cerebro pensante, donde tenemos acceso a nuestra creatividad y a nuestra alegría”.

vía Del Tomate

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Una Visión de nuestra Mente

6 de mayo de 2008

¿Son Malos los Ateos?

ateos El libro “dios no es bueno”, así, con minúscula, está causando una enorme polémica en el mundo, ha sido un auténtico best-seller traducido a diez idiomas, y es uno de lo más vendidos en la Feria del Libro de Bogotá. Su autor, Christopher Hitchens, es un periodista británico que se ha erigido como el abanderado o máximo responsable de los “enojados” que pululan en el planeta, y que protestan contra los males que nos aquejan.

Pues bien, en su obra Hitchens señala al sentimiento religioso como una manifestación inferior que sienten aquellos que no han evolucionado todavía hacia una etapa superior.La fe religiosa es imposible de erradicar precisamente porque somos criaturas que todavía estamos evolucionando. Jamás sucumbirá; o, al menos, no sucumbirá hasta que superemos el miedo a la muerte, a las tinieblas, a los desconocido y a los demás”.

Hitchens estuvo hace un año en el Hay Festival de Cartagena de Indias y levantó roncha con sus comentarios alrededor de la religión, del presidente Bush y de la madre Teresa de Calcuta, a quien hizo graves acusaciones.

Ahora Hitchens dice que tiene cuatro objeciones a la fe religiosa: una, que representa de forma absolutamente incorrecta los orígenes del ser humano y del cosmos. Dos, que debido a este error inicial consigue aunar el máximo de servilismo con el máximo de solipsismo. Tres, que es causa y consecuencia al mismo tiempo de una peligrosa represión sexual y, cuatro, que, en última instancia se basa en ilusiones.

Hitchens no deja de tocar a nadie, a ninguna religión. Se va lanza en ristre contra las mentiras de la Biblia, califica al Corán como una copia mal hecha de la Biblia y señala como un loquito a quien inspiró a los Testigos de Jehová, entre otros. Además asegura que las aseveraciones metafísicas de la religión son falsas, que el Nuevo Testamento supera en maldad al Antiguo, que el Corán se nutre de los mitos judíos y cristianos, que la religión tuvo orígenes corruptos, que la religión puede ser una modalidad de abuso de menores.

A lo largo de las 350 páginas de este libro, el periodista y escritor británico trata de demostrar una tesis a todas luces interesante, que me parece el eje central de la discusión que le ha planteado al mundo: “Nosotros los ateos estamos seguros de que se puede vivir una vida ética sin religión”.

Allí me parece que se debe centrar la discusión. El autor puede ser un ateo irredimible pero es muy llamativa su afirmación, que lo ha llevado a diversos escenarios del mundo, y que es como una proclama del ateismo: “No creemos en el cielo ni en el infierno, y ninguna estadística demostrará jamás que sin este tipo de lisonjas y amenazas cometemos más delitos de codicia o violencia que los creyentes”.

De esta manera podríamos entrar a analizar si realmente la violencia tiene alguna clase de relación con el ateismo. Hasta ahora nadie la ha encontrado. Por el contrario, dice Hitchens, la religión sí mata, como lo han hecho cristianos, judíos y musulmanes a lo largo de la historia, y como lo han seguido haciendo en nombre de Dios. En cambio, señala el autor, nadie puede decir que en nombre del ateísmo se haya cometido algún crimen, aunque no descarta que haya ateos que cometan crímenes singulares.

¿Son malos los ateos? ¿Son repudiables por el simple hecho de no creer en Dios? ¿Cometen más crímenes que los que son creyentes? Lindas preguntas, ¿verdad? Las respuestas puden ser múltiples, pero nadie puede llamar asesino a Hitchens y ni siquiera se le puede tildar como una encarnación del mal como muchos han querido..

4 de mayo de 2008

Evolución y Diseño Inteligente

La reconexión total de las redes de genes de un organismo es posible, hecho que da lugar a nuevas propiedades y aporta pruebas claras que demuestran que la evolución tiene pocas barreras para generar nuevas propiedades.

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Microfotografia electrónica de transmisión en falso color de Escherichia Coli. Foto: Eye of science.

Existe un acalorado debate sobre si los organismos son resultado del diseño inteligente o de la evolución. Los defensores del diseño inteligente creen que el azar y la selección son demasiado casuales y lentos para permitir la aparición de nuevas y complejas propiedades. En concreto, argumentan que los pasos intermedios existentes al modificar los genes para crear algo nuevo posiblemente desorganicen el sistema existente y sean malos para el organismo (a nadie le gustaría tener sólo medio ojo).

El estudio, dirigido por Mark Isalan, jefe del grupo de Ingeniería de Red Génica y Luis Serrano, coordinador del programa de Biología de Sistemas y jefe del grupo de Diseño de Sistemas Biológicos, del Centro de Regulación Genómica en Barcelona, se publica mañana en la prestigiosa revista Nature.

Si bien es cierto que parece increíble que los organismos sean capaces de hacer frente a procesos extremos de mutación y reorganización de genes, en Isalan et al. se muestra precisamente eso. Este trabajo describe un nuevo método que conecta artificialmente las redes de información del genoma de la bacteria Escherichia coli que normalmente no están en contacto. La mayoría de las bacterias no sólo sobreviven con las nuevas redes de transcripción, sino que algunas adquieren nuevas propiedades que las hacen mejores que las bacterias originales en condiciones extremas. Por ejemplo, algunas sobreviven mejor a 50ºC o tienen una media de vida superior después de llegar a la madurez.

Parece pues que los organismos tienen una capacidad innata para permitir la evolución. Esta nueva y revolucionaria metodología abre las puertas a una evolución mucho más rápida que ofrece multitud de nuevos fenotipos o propiedades. Esto se traducirá en aplicaciones útiles en biotecnología, como por ejemplo, en la producción de biofuel a partir de microorganismos más eficientes. Finalmente, la evolución celular de las redes de genes podría permitir la producción de nuevas propiedades en una amplia variedad de células y esto tendría profundas implicaciones para la salud humana.


3 de mayo de 2008

La Guerra Santa Judía - Dios sigue llamando a las matanzas

izrael2 "Todos los palestinos deben ser aniquilados; hombres, mujeres, niños y hasta sus bestias". Esta fue la opinión religiosa publicada hace una semana por el Rabino Yisrael Rosen, director del Instituto Tsomet, un instituto religioso establecido hace bastante tiempo al cual asisten estudiantes y soldados de las colonias ilegales israelíes en Cisjordania. En un artículo publicado por numerosos periódicos religiosos israelíes hace dos semanas y que apareció también en el periódico liberal Haaretz el 26 de marzo (2008) en Israel, Rosen afirmó que hay evidencia en la Torah para justificar sus declaraciones. Rosen, con autoridad rabínica para publicar opiniones de carácter religioso, escribió que los palestinos son muy parecidos a la nación de los amalequitas que atacaron a las tribus israelitas en su camino a Jerusalén después de que habían escapado de Egipto bajo el mando de Moisés. A continuación agregó que Dios promulgó en la Torah una declaración que le daba permiso a los judíos para matar a los amalequitas, y que este fallo es reconocido por la jurisprudencia judía moderna.


El artículo de Rosen, que creó una conmoción en Israel, incluyó el texto del fallo en la Torah: "aniquilen a los amalequitas de pies a cabeza. Mátenlos y confisquen todas sus propiedades. No les muestren ninguna piedad. No tengan piedad de ellos. Mátenlos sin descanso, uno después del otro. No dejen vivo a ningún niño, planta o árbol. Aniquilen a sus bestias, desde los camellos hasta los burros." Rosen añade que los amalequitas no son una raza o religión en particular, sino que representan a todos aquellos que odian a los judíos por motivos religiosos o nacionales. Rosen añadió también que los "amalequitas existirán mientras haya judíos. En cada era, los amalequitas emergerán de diferentes razas para atacar a los judíos, y así la guerra contra ellos habrá de ser global." Él promueve la ejecución "del fallo de los amalequitas" y dice que los judíos deben implementarlo en todas las eras porque se trata de un " mandamiento divino".

Rosen no vacila en definir a los palestinos como los "amalequitas de esta era". Y continúa, "aquellos que matan estudiantes cuando recitan la Torah y disparan misiles a la ciudad de Siderot, introducen terror en los corazones de hombres y mujeres. Los que bailan sobre la sangre son los amalequitas y nosotros debemos responder con un contra-odio. Debemos desterrar cualquier rastro del humanitarismo cuando tratemos con ellos para poder resultar victoriosos."

El verdadero ultraje es que la mayoría de aquellos que tienen autoridad para publicar opiniones religiosas judías apoyan la opinión del Rabino Rosen, como lo confirma el periódico israelí Haaretz. A la cabeza de aquellos que apoyan su opinión se encuentra el rabino Mordechai Eliyahu, la autoridad religiosa más importante en la corriente religiosa nacionalista de Israel y el principal ex-rabino del rabinato del Este de Israel. La opinión de Rosen también cuenta con el apoyo del rabino Dov Lior, presidente del Consejo de Rabinos de Judea y Samaria (Cisjordania), y el rabino Shmuel Eliyahu, el rabino principal de Safed y un candidato para la posición de rabino principal de Israel. Varios líderes políticos en Israel también han mostrado mucho entusiasmo por esta opinión, incluso Ori Lubiansky, jefe de la municipalidad de Jerusalén.

Fuente: http://weekly.ahram.org.eg/2008/892/re72.htm

2 de mayo de 2008

Una Visión de Nuestra Mente

Mente-cerebro-neuronas-armonia El entrenamiento de la mente hace que cuanto más practiquemos algo, más fácil, rápido y automático se logre hacer. Recuerden cuando hacíamos ejercicios del colegio, cuantos más hacíamos, más fáciles parecían. Y esto no es retención de conocimiento dado que no son datos los que se incorporan sino procesos mentales.

Cuando estudiaba análisis matemático, mi profesor decía que uno aprendía a hacer integrales cuando había terminado de hacer la número 1.000.

Este proceso de "apredizaje" se debe a que las neuronas establecen nuevas conexiones y de esa manera cuando se lanza a correr una bolilla, ésta encuentra el camino más rápido y directo al lugar de destino - la solución.

Así como aprendemos, desaprendemos - ya que después de un par de decadas, ya no recuerdo cómo hacer integrales y mi mente no esta ágil para resolverlas.

Ahora bien, el cerebro se desarrolla constantemente y las nuevas conexiones se generan día a día según el "entrenamiento" que le demos. Si uno toma una postura determinada ante la vida, las cosas, la gente y los problemas - la siguiente vez que nos enfrentemos a circunstancias determinadas, nuestro cerebro nos mostrará un camino más "corto" que otros.

En un caso práctico, si nos auto caratulamos de cascarrabias o intolerantes ante ciertas cosas, no hacemos más que reafirmar esas conexiones cada vez que tomamos esa postura antes determinados acontecimientos - que muy probablemente no sean de nuestra mejor elección ni nos hagan bien a la convivencia o la mejor vida. En muchos casos quedamos "envenenados" ante ciertas circunstancias.

Miles de elementos externos sociales, familiares e historicos predeterminan nuestro comportamiento conciente desde lo subconciente. El psicoanálisis propone sus métodos para romper con esas ataduras y lograr un objetivo de bienestar.

El ejercicio de la mente en cambiar una actitud en el momento correcto hace que nuestro cerebro genere nuevos caminos y alternativas para que una vez repetido el escenario no solo se vea una alternativa sino varias, hasta que la alternativa más "cómoda" sea la que nos haga vivir en mayor armonía. Así, de a poco, desaprender los caminos que nos llevan a un final no deseado.

Definitivamente los malos momentos nos afectan y tenemos que "aprender" a vivir con ellos afectando nuestra existencia lo menos posible. Les propongo HACER EL EJERCICIO PARA ENTRENARNOS A VIVIR MAS FELICES.


1 de mayo de 2008

El Vaticano empleó 6.000 judíos esclavos en el nazismo

benedicto_xvi Sobre el campo de exterminio de Auschwitz-Birkenau, Benedicto XVI se preguntaba en 2006 "dónde estaba Dios en aquellos días". No mencionó la culpa de los alemanes y calificó el Holocausto como un "instrumento de la saña destructiva" de un "grupo de criminales". Tampoco se planteó otra cuestión: ¿dónde estaba la Iglesia católica? El cardenal Karl Lehmann presentó ayer en Maguncia un estudio que ilustra el papel de la Iglesia de Roma en el sistema nazi de trabajos forzados durante la II Guerra Mundial. Entre seis y ocho mil esclavos judíos trabajaron para ella, según publica El País, de España.

El historiador Karl-Joseph Hummel, que ha editado este informe, describía ayer las dificultades de los católicos bajo el nazismo. "Mediante contratos con el Ejército, los monasterios y otras instituciones evitaban las posibles expropiaciones" de un régimen hostil. Para cumplir estos contratos en medio de la guerra, la Iglesia recurrió a los trabajadores forzados puestos a su disposición por los nazis como "medida de autodefensa". El catedrático de la Universidad Libre de Berlín Wolfgang Wippermann destacaba la "estrecha relación" entre la Iglesia católica y la Comisión de Historia que ha guiado el estudio. Para él "tiene como meta la justificación de algunos comportamientos del Vaticano respecto a la Alemania de Hitler".

Sin más palabras.

vía Los Arquitectos