18 de marzo de 2008

Los Nuevos Pecados Capitales

7gluttony_cover_t Marcelo Justo (BBC Mundo).- Quien diga que la Iglesia no actualiza su doctrina con los tiempos, no conoce a Monseñor Gianfranco Girotti, director del penitenciario apostólico, organismo que supervisa la confesión y las indulgencias plenarias de la iglesia.

Según el órgano oficial del Vaticano, "L'Osservatore Romano", Monseñor Girotti concluyó que la vieja lista de pecados elaborada por el Papa Gregorio Magno en el siglo VI y popularizada por Dante en La Divina Comedia, no bastaba para describir los tiempos modernos.

A partir de ahora tenemos pecados capitales en los tiempos de la globalización.

"Uno no ofende a Dios solo al robar, blasfemar, o desear la mujer del prójimo, sino también cuando uno daña el medio ambiente, participa en experimentos científicos dudosos y manipulación genética, acumula excesivas riquezas, consume o trafica drogas, y ocasiona pobreza, injusticia y desigualdad social", dijo Monseñor Girotti.

Ese infierno tan temido

La nueva lista de Monseñor nos facilita un poco las cosas porque en vez del tortuoso examen de conciencia de la confesión y la sinceridad del arrepentimiento que debían hacer nuestros antepasados, basta con consultar la revista Forbes para encontrar quienes van a poblar el infierno.

De acuerdo con el ranking de super millonarios publicado a principios de marzo por la revista, se puede anticipar que allí se dirigen el inversionista Warren Buffet, campeón indiscutido hoy en día en el rubro de las fortunas obscenas, el mexicano Carlos Slim, número dos, y ese tercerón de Bill Gates.

Con el pecado mortal de la contaminación ambiental habría que deslindar responsabilidades o directamente enviar al infierno a la mayoría de los estadounidenses, los grandes contaminadores del planeta, y también a los chinos, que si siguen así no se van a salvar de las llamas.

Con los científicos es más fácil: si se dedica a la manipulación genética, derecho al infierno.

Creo que los narcotraficantes nunca se hicieron ilusiones respecto a su destino, pero el caso de los drogadictos me parece más complejo: ¿sería justo que terminen en el infierno después de haberlo vivido en la tierra?

¿No deberían tener una conmutación de la pena?

En fin, la doctrina eclesiástica está hecha de vaivenes y puntos oscuros, como el sexo de los ángeles.

Ni siquiera el infierno es un lugar seguro.

En 1999 el entonces papa Juan Pablo segundo había aclarado que no era un lugar sino una situación: el alejamiento de Dios.

El año pasado, el actual papa Benedicto XVI dijo que el infierno existe.

Y, por lo que se ve, en estos tiempos de la globalización estará tan lleno que pronto tendrán que construirle una sucursal para albergar a sus nuevos reclusos.

Actualización - Respuesta del Vaticano

CIUDAD DEL VATICANO, martes, 11 marzo 2007 (ZENIT.org).- «El Vaticano no ha publicado una nueva lista de los siete pecados capitales», han aclarado este martes fuentes de la Iglesia católica.

La Oficina de Comunicación de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales, ha emitido un comunicado para hacer esta aclaración en respuesta a varios artículos de prensa.

«No existe ningún edicto vaticano nuevo», aclara el comunicado, explicando que la confusión se ha debido a la interpretación que han hecho algunos órganos informativos de una entrevista publicada en la edición italiana cotidiana de «L'Osservatore Romano», con fecha del 9 de marzo.

El entrevistado es monseñor Gianfranco Girotti, obispo regente del tribunal de la Penitenciaría Apostólica. El penitenciario mayor es el cardenal estadounidense James Francis Stafford.

El periodista Nicola Gori ha preguntado al prelado: «¿Cuáles son, según usted, los nuevos pecados?».

«Hay varias áreas dentro de las cuales hoy percibimos actitudes pecaminosas en relación con los derechos individuales y sociales», responde monseñor Girotti.

«Ante todo el área de la bioética, dentro de la cual no podemos dejar de denunciar algunas violaciones de los derechos fundamentales de la naturaleza humana, a través de experimentos, manipulaciones genéticas, cuyos efectos es difícil prever y controlar».

«Otra área, propiamente social, es el área de la droga, con la que se debilita la psique y se oscurece la inteligencia, dejando a muchos jóvenes fuera del circuito eclesial».

Está también «el área de las desigualdades sociales y económicas, por las que los pobres se hacen cada vez más pobres y los ricos cada vez más ricos, alimentando una insostenible justicia social, el área de la ecología, que reviste hoy un importante interés».

Puede leerse la entrevista original en italiano en http://www.zenit.org/article-13786?l=italian


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